“Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo”. Este refrán resume el gran valor de la primera toma del día. No es la primera vez y, supongo que no será la última, que oímos que el desayuno es la comida más importante del día; que no debemos saltarla y que debemos tomarnos nuestro tiempo para desayunar correctamente. Y es cierto, pero… ¿por qué? O mejor dicho, ¿para qué es fundamental el desayuno?
La importancia del desayuno
En muchos casos, priorizamos dormir diez minutos más a desayunar en condiciones, sin tener en cuenta que, esos diez minutos suponen no poder estar al nivel de nuestras exigencias durante toda la mañana. De hecho, según el estudio Enkid, el 8,2% de los niños y jóvenes no desayuna; aproximadamente el 20-30% de los escolares no realiza un desayuno completo; y únicamente el 34% de los adolescentes emplea más de 10 minutos en tomar el desayuno. Craso error, ya que en todas las etapas de la vida necesitamos la glucosa del desayuno:
- Les sucede a los bebés que gastan y gastan calorías sin parar en crecer, mantener la temperatura corporal y madurar todos los órganos y sistemas.
- Les sucede a los niños y niñas en cualquier etapa cuyo aprendizaje consume mucha energía y que no paran de investigar en todo el día.
- A los adolescentes, donde el rápido crecimiento y desarrollo, suponen un gasto añadido a su vida llena de compromisos.
- A los jóvenes que estudian, trabajan y han de hacerse un sitio en esta sociedad competitiva.
- A los adultos que debemos estar bien despejados para mantener el puesto de trabajo y llevar a cabo todas nuestras obligaciones en este torbellino de vida.
- Y les sucede a los mayores que necesitan esfuerzos extra para mantenerse activos y en buena forma.
Además, hay estudios que demuestran que, si no se toma un desayuno adecuado que cubra las necesidades de nuestro organismo, el deseo de consumir alimentos grasos durante la mañana será mayor, por lo que también aumenta el riesgo de excesos. Es decir, un desayuno saludable y completo colabora en el mantenimiento del peso corporal correcto y es un factor preventivo de sobrepeso y obesidad.
Ejemplos de desayunos saludables y sencillos
Ideas de desayunos para niños, niñas y adolescentes:
- Leche con cacao, dos magdalenas sencillas con mermelada de arándanos y un zumo de naranja natural.
- Yogur con miel, sándwich de pan de molde tostado con quesitos y jamón cocido, mandarina y kiwi.
- Leche con cereales de desayuno y unas cerezas.
- Leche con azúcar, galletas con mantequilla y batido de melón.
Ideas de desayunos para jóvenes, adultos y mayores:
- Café con leche y azúcar, tostada de pan integral con tomate y aceite de oliva, y una pera.
- Cuajada con miel y nueces, pan de cereales con paté de garbanzos y compota de manzana.
- Infusión con azúcar, palitos de pan con taquitos de queso y dulce de membrillo, y un plátano.
- Queso fresco con cereales de desayuno y con fresas y moras.
- Leche, barritas de cereales integrales con frutos secos, y melón con jamón.